La actividad física regular es beneficiosa para cualquier persona con asma. Antes de iniciar una actividad, se recomienda ver a un médico para garantizar el control del asma y ayudar a elegir una actividad. Se puede prevenir la aparición de asma por estrés.
¿POR QUÉ TENER UNA ACTIVIDAD FÍSICA CUANDO SE TIENE ASMA?
Se recomienda una actividad física regular para todos. Y contrariamente a la creencia popular, lo mismo ocurre con las personas con asma. La única condición para la actividad física recreativa o el deporte, incluso en competición, es tener un asma bien controlada.
Los beneficios de la actividad física regular son numerosos. Además del placer que proporciona, contribuye al control adecuado de su asma y aumenta gradualmente la tolerancia al estrés. También fortalece el corazón y ayuda a reducir su estrés.
Moverse no solo significa “hacer deporte”
La actividad física se practica en la vida cotidiana. No es solo un deporte. Correr, jardinería, cortar el césped, limpiar, pasear al perro, jugar en el parque con los niños, etc., son actividades beneficiosas.
Se recomienda practicar el equivalente a 30 minutos de actividad física moderada por día. Y los cambios en los hábitos también le permiten moverse y mejorar su respiración: prefiera las escaleras al ascensor, realice sus viajes diarios a pie o en bicicleta en lugar de en coche o transporte, baje una parada de autobús antes de su destino, multiplique paseos a pie o en bicicleta, etc.
Cada oportunidad es buena para moverse y mejorar su estado físico.
ASMA POR ESTRÉS Y ACTIVIDAD FÍSICA
Asma por estrés: síntomas variables que ocurren durante o después del esfuerzo físico
Durante la actividad física, los bronquios pueden contraerse, lo que puede causar síntomas que varían de persona a persona: tos, dificultad para respirar o molestias respiratorias, opresión en el pecho. Esto se denomina asma por estrés que puede ocurrir durante o después del esfuerzo físico (asma post-ejercicio).
Una consulta con su médico tratante confirmará este diagnóstico; su consejo será beneficioso para prevenirlo. Especialmente porque el asma por estrés ocurre con más frecuencia si no se controla el asma. Y no se manifiesta en todas las personas con asma, o con todos los esfuerzos.
Los síntomas se alivian rápidamente con el tratamiento de crisis.
Factores que promueven el asma por estrés
Al hacer ejercicio, los músculos necesitan más oxígeno. Para satisfacer esta necesidad, la respiración se acelera y se realiza a través de la boca. Esto permite la llegada de aire frío y seco directamente a los bronquios, lo que hace que se contraigan. Además, respirar a través de la boca no filtra ciertos factores alérgicos (polen) o irritantes (atmosféricos) que llegan directamente a los bronquios y promueven la aparición de un ataque de asma.
Por lo tanto, el asma por estrés es favorecido por:
- un esfuerzo muy largo o muy intenso;
- un aire frío y seco;
- contaminación del aire;
- polen, en caso de sensibilidad;
- asma mal controlada con inflamación grave de los bronquios, lo que los hace muy reactivos a factores favorables.
Prevención del asma por estrés
El asma por estrés no debe hacer que renuncie a la actividad física.
Se le puede advertir:
- Calentando gradualmente;
- Adaptar la intensidad de su estrés e hidratarse regularmente durante su actividad;
- Por último, es importante detener gradualmente el esfuerzo.
Si es necesario, el médico le aconsejará que tome una o dos bocanadas de tratamiento para convulsiones de 10 a 15 minutos antes del ejercicio, para limitar el riesgo de ataque de asma durante el ejercicio.
ELEGIR SU DEPORTE CUANDO TIENE ASMA
La actividad física regular es beneficiosa para las personas con asma, pero puede ser útil buscar un consejo con su médico. La elección de la actividad se basará en sus habilidades, deseos, pero también en el esfuerzo por proporcionar (limitar la respiración rápida), condiciones ambientales (riesgos relacionados con el polen, la contaminación o el frío, por ejemplo).
Lo más importante es centrarse en un deporte que le plazca. Algunos ejemplos de actividades recomendadas para personas con asma:
- la natación y aquagym;
- las artes marciales (yoga, taichí, etc.), yoga que promueven el control de la respiración;
- el ciclismo, senderismo, patines que mejoran la capacidad respiratoria;
- algunos deportes grupales como voleibol o balonmano, etc.;
- el baile, el tenis, la gimnasia, la escalada, el remo, etc.
No se recomienda montar a caballo solo para algunas personas con asma con alergia al caballo o al heno.
El buceo submarino con botellas es ahora posible, en caso de asma no grave y bien controlada. Solo un médico especialista puede emitir un certificado que permita la práctica de este deporte.
Deporte competitivo y asma
Como han demostrado muchos atletas famosos (Mark Spitz y Amy Van Dyken en natación, Jackie Joyner-Kersee en atletismo, etc.), es posible combinar asma y deporte competitivo.
Para las personas con asma que juegan un deporte competitivo, puede ser necesario un formulario de autorización de uso terapéutico. Este documento es complementado por su médico para justificar el uso de ciertos medicamentos antimamáticas.
PRECAUCIONES A TOMAR PARA PARTICIPAR EN LA ACTIVIDAD FÍSICA
Con el fin de disfrutar plenamente de sus actividades físicas y deportivas, es esencial que el asma esté bien controlado.
Además, se deben tomar algunas precauciones para limitar cualquier riesgo de crisis, prestando especial atención a los bronquios:
- Siempre llevando consigo un broncodilatador de acción rápida; en el bolsillo o en la mochila, el tratamiento de crisis se trata rápidamente tan pronto como aparecen los primeros signos para que sea más eficaz.
- En caso de asma por estrés y por consejo del médico, tome de uno a dos soplos del tratamiento convulsivo de 10 a 15 minutos antes del ejercicio.
- Tómese el tiempo para calentar. El calentamiento ayuda a preparar los bronquios para la actividad física acelerando gradualmente la frecuencia respiratoria.
- Adaptar la intensidad de su actividad a su forma del día. La fatiga temporal o un resfriado pueden afectar la función respiratoria. No dude en descansar y ajustar la intensidad de la actividad física.
- Después del esfuerzo, también deje tiempo para que los bronquios se reajusten a un ritmo normal, disminuyendo gradualmente la intensidad del esfuerzo, sin detenerse bruscamente.
En el aire circundante:
- Considere el clima y la calidad del aire: puede ser mejor hacer su actividad en interiores, en invierno para evitar el aire frío, durante el período de polen (en caso de alergia) y durante los picos de contaminación.
- La calidad del aire en el gimnasio también debe tenerse en cuenta en caso de alergia a los ácaros, presente en el polvo, o ciertos productos de limpieza.
Por último, es importante hidratarse regularmente durante la actividad, sin esperar a tener sed. La deshidratación puede facilitar el inicio de las convulsiones.
CORRER: ¡ES BUENO PARA SU SALUD!
La llegada de días soleados es a menudo una oportunidad para (volver a) ponerse las zapatillas para practicar el running. Contrariamente a una idea recibida, es muy posible conciliar la práctica de un deporte de resistencia con el asma. Mejor: ¡incluso es bueno para su salud!
Correr, como cualquier otra actividad física, es muy recomendable con asma siempre que esté bien controlada. La actividad física mejora la tolerancia al estrés, ayuda a mantener el control del asma y fortalece el corazón.
Además: ¡es bueno para la moral!
Un requisito previo: control del asma
Una vez que usted y su médico se hayan asegurado de que el asma esté bien controlada, ¡puede comenzar! Por supuesto, asegurándose de seguir algunos consejos básicos: calentar por unos momentos para preparar sus bronquios para el esfuerzo, y beber agua antes, durante y después. A medida que se acerque al final de su carrera atlética, considere reducir gradualmente su zancada para recuperar gradualmente un ritmo normal de respiración.
Precauciones: el punto meteorológico
Correr es posible en una cinta de correr en un gimnasio, pero también se practica a menudo al aire libre. En este caso, es importante prestar atención a las condiciones externas. Así que en invierno o muy temprano en la mañana, el aire frío y seco puede afectar el asma. Puede intentar inhalar a través de la nariz y poner una bufanda frente a la boca para calentar el aire. En caso de contaminación máxima, polen o calor alto, evite las compras al aire libre mientras espera a que los picos retrocedan.
Por si acaso: tratamiento de emergencia
Cuando salga, recuerde llevar siempre su tratamiento de emergencia consigo, especialmente para evitar el llamado asma “estrés”, que es la aparición de síntomas de ataque de asma durante o poco después de la carrera. Se desencadena con mayor frecuencia en casos de asma insuficientemente controlada o afecciones externas adversas. Recuerde hablar con su médico antes del comienzo. Tres, dos, uno… ¡Vaya!